
O como hacer una buena película de terror con monstruo y pocos medios.
Sencilla, corta y certera.
Con cuatro personajes perdidos en un único escenario, cotidiano y sugerente. Y un desarrollo del guión previsible, clásico, y sin embargo perfecto. Medido, como un relog de cuco.
Es una historia que hemos visto mil veces, repitiendo una fórmula que se sabe efectiva, y funciona. Y que querremos seguir viendo mil veces más.
A saber; héroes encerrados, con amenaza exterior.
Los personajes están bien dibujados, y la relación entre ellos, a diferencia de otros cientos de bodrios de serie b, evoluciona a medida que avanza el metraje, dando un giro lógico de 180 grados, que dota de verosimilitud a sus emociones, y al conjunto de una carga emotiva que hace más complejo el terror del primer plano, y interacciona con el, dando mayor verosimilitud y realismo al conjunto.
Las actuaciones son correctas, y la labor del director encomiable, no notando en falta en ningún momento plano alguno, y no dejándonos ver el monstruo nunca con demasiado detenimiento, para dar lugar a la imaginación, y acrecentar el terror, como tan sabiamente nos enseñó a todos a hacer Alien...
En definitiva una muy recomendable película de un género tan difícil como el del "Monster movie", que ojalá sirviera de ejemplo y lección a tanto pretencioso, creador de artefactos vacuos y aburridos hasta el paroxismo, que andan por ahí...
Le doy un: 7.
2 comentarios:
Sólo te digo que acabar la palabra reloj en G es motivo mas que suficiente para que pase por alto tu blog
¡Ay, que HORROR!!!...
Tienes razón.
Tanto leer a Juan Ramón, me temo que pasa factura. Ja, ja, ja...
Aunque tal vez sea que el tiempo siempre se me escurrió entre las manos, y una "G" siempre parece más segura, a la hora de hacer de anzuelo y retenerlo, que una "J"; ¿no crees?.
;)
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