martes, 22 de junio de 2010

Cargo. Ciencia ficción Suiza de calidad.


De la que se que agarra a la retina, y te hace soñar por las noches con largos viajes oscuros y húmedos a las estrellas.
Heredera directa de Alien y su realismo sucio y palpitante, encarecidamente humano y extraño a la vez. De pasillos rezumantes, y criaturas escondidas...
Aunque este vez lo hagan sólo en la mente de los atribulados protagonistas, y en forma de un futuro tambaleante para toda la especie humana.

Antológico ese principio; con las imágenes verdes de la tierra en contraposición a lo que será luego toda la aventura; tenebrosa y de retorcidos pasillos imposibles.
Soberbio esfuerzo imaginativo de la producción y el diseño de escenarios. Digno del mejor Hollywood más allá las estrellas.

Y a no faltar la bella protagonista, de cándida y sólo en apariencia frágil belleza. Sucesora fiel de la inmortal Ripley, y la pionera Nostromo.

En resumen: imprescindible película, de soberbia factura, tranquila y plácida belleza, para cualquier buen aficionado al género.

A la que le falta algo, sí; quizá un guión un pelín más ambicioso, o todo lo contrario: sencillo. Tal vez: certero...
Pero en definitiva males menores para lo que es toda una magnífica noticia a este lado del atlántico: por fin se hace ciencia ficción ambiciosa. Técnica y artísticamente comparable en todo a la de nuestros queridos y admirados hermanos, posiblemente en el pasado más agraciados, del otro lado del charco.

¡Bien por Suiza! Y este nutrido grupo de cineastas con talento, y los arrestos necesarios para intentar y salir airosos de la mayor aventura de todas: la conquista del espacio.


Cargo se merece, sin duda; un 7.