viernes, 25 de diciembre de 2009

AVATAR desbaratado...


Avatar, o contemplar la caída de un mito...
De un señor que hizo en su día maravillas del calibre de Terminator uno y dos, de Abyss, o una de las grandes secuelas de la historia: la mítica Aliens.

Pero se conoce que cuando uno se centra mucho, demasiado en la tecnología, y la presentación; necesariamente se tiene que descuidar la chicha: el guión. La historia.

Porque este señor en el pasado demostró que sabe escribir buenas y sólidas historias; no calcadas de compañeros más afortunados, o construidas con el equilibrio de un mandril beodo, o una casa de cartas de poker manidas...

Porque eso es AVATAR, ante todo: una mala película, falta de historia y guión. Con unos personajes estereotipados hasta la nausea, o una historia repetida y vista tantas veces que cansa más que contemplar a un tortuga haciendo la ruta de Pekín Express...

¿No le habrá demandado el bueno de Kevin Costner por plagio?...

Porque esto es también este engendro fallido: una copia casi exacta, pero mal hecha, de su celebérrima película y Obra Maestra "Bailando con lobos".

Sólo que en vez de indios tenemos a unos pitufos larguiruchos con los que cuesta identificarse más que con la Obregón un día de fiesta...

Y es que la magia que conseguía trasmitir sobradamente aquella, en esta se queda en vanos escenarios pirotécnicos vacíos de contenido, y con más color saturado que el carnaval de Cadiz el día de la inaguración...
Sí; mucha infografía, mucho efecto por ordenador y poco, poquísimo cine del bueno. Imágenes vacías, más cerca de un juego para ordenador, o una mala película de animación, que otra cosa.

Aparte de que al menda poco le convence esto de la 3D, sí es esto. Ponerse unas gafas sobre las que ya acostumbra a usar uno, para ver cientos, miles de colorines que a veces parece que se acercan y que marean y confunden, perturbando; más que otra cosa.

Y es que en realidad, no sé sí he visto la película, hasta que no la vea otra vez en casa, como Dios manda, en 2D, en pantalla grande, y proyector decente.

En Fin; que me ha decepcionado el bueno de Cameron. Después de tantos años de esperar esta película, y de escaparme del curro con artes casi nigrománticas, para entrar en la sala con la ilusión de un niño.
Ilusión que hace mucho que el que escribe no sentía. Y que, tristemente, trasmutó en decepción infinita, en cansancio, y hasta en hastío; al abandonar el cine.

Hasta el punto de que, por un terrible instante, uno se llegó a preguntar sí no sería que había perdido la capacidad de asombro, y rendición incondicional al engaño de la sala a oscuras, de la magia del celuloide a 24 fotogramas por segundo...
Pero sólo hasta que llega a casa, se pone la original Bailando con Lobos, y comprueba entre lágrimas de entrañable satisfacción que no, que no es culpa de uno. Sí no de una película fallida que no da ni una décima parte de lo que promete.

En conclusión, se merece como mucho, muchísimo: un 5.
Aprobado raspadito, por respeto al Cameron que fue, y al esfuerzo realizado, más que nada...