martes, 2 de diciembre de 2008

Cosas que perdimos en el fuego


Todos hemos perdido cosas en un fuego.
¿Quién no ha sufrido nunca un fuego?...

Fuegos hay de muchos tipos; algunos arden por dentro para siempre, y otros por fuera un tiempo breve. Aunque marquen para siempre.

Por que hay calores que queman y otros que calientan; sentimientos que abrasan, y otros que confortan. Noches que te hielan y otras que consumen, o te excitan. Miradas que castigan, y otras que acarician, personas que perdemos y otras que ganamos; incluso a lo largo de un sólo día, o de toda una vida.

Sentimientos todos que nos hacen crecer como personas, o nos empequeñecen como insectos. Vivencias que nos hacen como somos, o destruyen lo que podríamos haber llegado a ser.

Esa es la magia, o la tragedia de la vida. Aunque suene a tópico: todo depende del cristal como se mire, o de con que talante se afronten los desastres, los fuegos, los acontecimientos...
Todo depende de aprender con la experiencia, o de dejarnos abrasar por el fuego.

Sí todo eso, o sólo una mínima parte, consigue trasmitirlo una película, consigue hacernoslo sentir, aunque sea lejanamente, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que estamos ante una OBRA DE ARTE.
Quizá ante una OBRA MAESTRA...

Ante algo, una creación humana, que no deja de ser una especie de milagro.
Un milagro de empatía o de trasmutación de personalidades.
Un milagro que sucede en una sala a oscuras y nos hace vivir en silencio, absortos y maravillados como niños en el circo, el , aterrador y sobre todo inexplicable misterio de aquello que Shakespeare calificó de algo así como "comedia absurda y delirante contada por un loco", a través de los ojos de otro...
Durante un par de horas fascinantes.
Un repentino e inexplicable fulgor en medio de la llamas.

Algo, nunca sabremos el qué, ni "por qué"; receta "mágica", virtudes curativas de lo bello, que nos ayuda a sobrellevarlo todo.

Como los amigos.
O eso que llaman Amor.


Cosas que perdimos en el fuego: 9.