sábado, 21 de diciembre de 2019







Midsommar trata de la banalidad y la falta de respuestas, de una sociedad que aunque la mayoría no se dé cuenta es profundamente nihilista.

Ya que no cree en nada, al pensar que tiene las soluciones a todas las preguntas.

Y que todas las opiniones valen lo mismo, con tal de no discutir.
Ni buscar la "razón"; igual que si todos los culos fueran igual de bonitos, cuándo es evidente que no es así.

Y en la que a nadie le importa "la verdad", ni el conocimiento; sino tan solo consumir por consumir, la apariencia y el dinero.

Una sociedad en absoluto preparada, para algo tan REAL cómo la MUERTE.

Una sociedad en la que los suicidios se multiplican cada día, sin que los manipulados medios de "comunicación" y desinformacion den cuenta de ello.

Midsommar trata de todo esto, y de como alguien bajo un profundo shock emocional, sin respuestas, ni auténtica solidaridad, afecto o ayuda, que este sistema y sociedad nuestras, de relaciones superficiales y desconocimiento profundo de sus valores filosóficos, etcétera: es incapaz de proporcionarle.

Y encuentra en el lugar más inesperado; elegida cuidadosamente, junto con otros compañeros, por alguien con una misión muy concreta.

Una comunidad anclada en el pasado, qué es todo lo contrario a nuestra hiper sofisticada, pero de forma paradójica, o no tanto: mayoritariamente analfabeta, sociedad actual.

Una comunidad solidaria, unida, con ritos, fe y creencias; que aunque puedan parecer absurdos, delirantes o brutales, en esta sociedad banal del siglo XXI; de alguna forma funcionan y consiguen qué ella supere el dolor y el miedo a la muerte.

Qué es una realidad a la que nuestra sociedad hipertrofiada, superficial consumista y banal teme, e IGNORA.
Y a la que es incapaz de enfrentarse.

Una de esas películas que trasciende el género del cine cómo entretenimiento.
Y el 90 y tantos por ciento del resto de películas que por desgracia se producen ahora.

Y se te queda clavada cómo la espina de una flor, de las que adornan su cabeza, en algún lugar del hueco vacío de sentimiento.
Que cualquiera que vivamos, con un mínimo de conciencia, en este cada día más desolado y desolador siglo XXI, no podemos por menos de notar.