domingo, 8 de septiembre de 2013

CHAINED

Encadenado, encadenados por la vida a nuestras circunstancias.


 
 
A nuestros deseos, inquietudes, limitaciones... A la elección fortuita de cada instante.

Al paisaje desolado de nuestros corazones, o de el muro que tenemos enfrente, y nos recorta las vistas.

A nuestra podredumbre, a nuestra roña, o nuestras lágrimas, esperanzas o pasiones.

Una historia encadenada a la siguiente, una persona, a la de al lado.
Como una espiral infinita.
Maldita o no.


De miedo, de dolor, o quizá de todo lo contrario.
Sí nos esforzamos lo suficiente.
Sí intentamos mirar un poco más allá de aquellas vayas que nos limitan.

Depende todo de nosotros.
Lo que hagamos con ellos cada día marcará el futuro de nuestros hijos, como un hierro al rojo en una res del viejo oeste.

Lo que luchemos por trascender la soledad, y la vista plana de los cuatro muros de nuestras casas.
De nuestras televisores y sillones.

De la rutina que nos envuelve, como una malla fina que aprisiona a veces.


 
 
 
Se merece al menos un: 7.